Tengo clavada una mujer
entre la esperanza y el olvido,
entre el costado del lamento
y mi vida entera.
Tengo clavada una mujer
entre las esmeraldas
y el monte natural.
El humo se desvanece
entre las lágrimas
y las cuerdas de una guitarra muda.
Tengo clavada una mujer
entre mis heridas de muerte.
Desaparecido el dolor
y los amores pasados,
mis recuerdos
son velas que se pierden en un océano
de sal y esqueletos.
Tengo clavada una mujer
en la lentitud de la eternidad,
caigo en sus ojos
y no sé volver.
No hay comentarios :
Publicar un comentario