miércoles, 30 de diciembre de 2015

El fracaso

Siento el fracaso
como una grieta
entre dos mundos.

Los niños corren ahí fuera
por el ancho prado,
riendo y jugando.

Llueve en el cristal
de la ventana
mientras observo tras ella.

Señor, ¿por qué no puedo salir a jugar?
¿por qué ríen esos niños
y yo estoy aquí?

Tienes que aprender a ser un hombre.

De pronto,
la grieta se abre
y todos los niños caen dentro.

Solo se escuchan las palabras:
Tienes que ser un hombre.

martes, 27 de octubre de 2015

Mujeres

Últimamente, 
solo flota mi alma si veo
mujeres hermosas.
Mi ser se contagia  
de la rareza del sexo femenino,
su apariencia, infinita de deseo.
Las veo pasar,
las veo sentarse,
cómo ríen,
¿existe algo más perfecto?
Quizás Dios es una mujer.
En los días de gris augurio
tormentoso,
camino por los bosques de verde follaje
para encontrar una mujer salvaje.
En las gotas
del precoz rocío,
las veo.
En las playas
de arena tiznada,
piedras de la tierra, fuego del pasado,
las veo.
En una película violenta
donde mueren hombres
y muchos ideales,
también las veo.
Y es que los ojos no escapan
al vital magnetismo
de sus caderas.
Es una sensación intimista, necesaria, es oxígeno
para avivar el brasero viejo
de los frágiles corazones de amantes oxidados.
Reinan en el mundo,
reinan en mi vida
y reinan en mi muerte.
Sobre mi tumba,
las veo bailar taciturnas
sobres mi restos óseos 
y osados, que abonan los prados
sembrando el gen de la vida
en la tierra caliente.
Con sus manos enormes
me recogen de la lumbre,
de una cárcel de pesadillas,
una tumba onírica,
y soy elevado al sol
como un confiado Ícaro
que no quiere caer en trampas
del perverso destino.
A veces visualizo un mundo
en el que las mujeres
son fugitivas,
oscuras, fieras,
huyendo por las selvas,
con un negro sonar de tambores
que advienen las cacerías
de aquellos que se han enamorado de sus pieles, cabellos y ojos.
Vencidos los hombres, ellas reinan
en un mundo frío 
iluminado por el fuego.
Levantan sus altas esfinges
impregnando con su ser
todos los árboles, 
los mares 
y cielos conocidos.
Y entonces somos nosotros,
débiles e impuros,
los que huimos
corriendo,
con pies desnudos,
por las piedras 
en la oscura noche.
Nos atrapan,
nos llevan a su ciudad,
claman sangre,
nuestra sangre.
Los mangos de las afiladas lanzas 
golpean el suelo,
creando una melodía macabra.
Nos arrodillan, esposados, ante su líder.
Una diosa morena,
de labios carnosos,
ojos esmeralda
y cuello esbelto.
Viene con el vientre al descubierto,
plano,
me pierdo en su ombligo,
infinito.
Provista de una capa
de color rojizo,
tiene un sujetador
de colores oscuros,
con detalles áureos,
mientras su mano
resiste, con una férrea cadena,
los tirones de tres canes,
agresivos, letales,
que nos ladran con fiereza,
cada vez más cerca,
cada vez más cerca.
Las mujeres claman muerte,
los hombres piedad,
todos atentos al edicto de la líder.
Los tambores golpean el silencio,
las antorchas hacen arder la oscuridad.
Nuevos esclavos, viejos amores.
La cadena poco a poco,
se desliza por la suave palma,
mientras se acalla el bullicio general.
Los perros,
rompiendo la barrera del tiempo 
y del sonido,
se abalanzan contra nosotros,
mientras veo
como esa diosa de pelo azabache
empieza a caminar,
mostrándome su espalda,
como un natural acantilado
donde golpean las olas
produciendo un estallido
de ruido.
Sus largas piernas
se despiden de mí.
No las conozco 
pero ya las echo de menos.
Sigue moviéndose como un péndulo,
eterno ir y venir de sus caderas,
deificadas para los allí caídos;
mientras se pierde 
en la oscuridad.

martes, 6 de octubre de 2015

Credo

Yo no creo en el dinero,
ni en la política 
ni en mujeres imperfectas.
Tampoco creo 
en la búsqueda del amor
tras el paso 
por todas las camas.
La televisión hace creer,
la Iglesia hace creer.
Yo no creo en nada,
los medios de comunicación deben arder,
las iglesias deben arder.
Poetas y escritores beben en casas ajenas,
dan caladas y beben en casas ajenas.
Un cadáver lleno de vida
pasea por la avenida del frío,
con las manos y las ideas congeladas.
¿Quién pinta la línea que separa 
el orgullo del amor propio?
Ven si estás enamorada de otro,
si ya no puedes amar con tu corazón roto.
En este abismo,
cualquier mujer es perfecta.
Lo increíble de todo,
es que son las palabras
las que enamoran,
y son solo letras.
Lo que calla el bolígrafo,
lo escriben los amantes.
Y esa clase de literatura 
si que vale la pena leerla.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Por si no hubiera mañana

No me borres de tus ojos,
pues en los míos,
el recuerdo de tu cuerpo nunca desaparece.
La carne es solo carne
y la vida es solo muerte.
Estoy cansado de compartir cama
con el amor y el orgullo.
Difícil, como conocer tu propia alma,
sigue siendo nadar contra la marea
en un mar de labios.
Nadie compra flores
por la muerte de la pasión.
No me hables de tus demonios
mientras cae tu sujetador.
El tiempo acaba con la primavera,
como cada año,
quemando a los amantes tardíos
y las rosas de sangre.
Y no tengo miedo de que me abandones,
tengo miedo de que dejes de ser tú.
Por eso me acerco a tu oído,
no te vayas de esta cama,
aquí somos personas.
Aquí nos podremos salvar,
del desamor y la realidad.
Pero es mentira.
Lo sabes, y yo también.
Por eso,
mis manos se hunden en tu piel,
como una sola.
Y no te suelto,
por si terminara todo,
por si no hubiera mañana.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Nuestro futuro

Somos un bolsillo roto
donde guardamos la suerte
y las ganas de querer.
Un chicle pegado 
al que pisan los zapatos.
Los rompecorazones son, siempre, corazones rotos.
Cárceles repletas
por no saber decir "te quiero".
Los cuerpos 
bailando
con el humo de los cigarros,
desaparecen con el viento,
desaparecen con el tiempo,
como los besos de veneno.
Soy joven,
o eso dicen.
Todo es simpleza,
no hay nada de planes eternos
ni tampoco milagros
en la piel que se arruga.
Ondea todo su cabello 
hacia un lado,
y está perfecta.
No hay muerte en nuestro futuro.
No hay amor en nuestro futuro.
No hay futuro en nuestro futuro.

domingo, 30 de agosto de 2015

Miedo de una conversación muda

Hay que querer más,
sin tener que pagar cuenta.
Pero es tan difícil,
en este mundo,
donde la educación competitiva
no es más que un arma de destrucción.
Estoy buscando a alguien de interés
en un bar vacío de la ciudad.
Todo mi hogar
ha desaparecido,
y antes de dormir,
dejo la ventana de mi habitación abierta,
por si quieres entrar,
por si te apetece hacerlo.
Pero nunca lo haces,
y cuando despierto,
la ciudad de las farolas y las sirenas de policía 
se ha reducido a cenizas.
Y sé, que estás enamorada
de la vida y sus regalos,
y que por eso, nunca seré tu amor.
Pero si me dejaras besarte,
con fuerza,
mientras nuestros cráneos desaparecen como arena con el viento.
Si me dejaras decirte lo importante que eres,
estoy seguro que los soldados
no dispararían más contra las flores.
Pero la mala fortuna es mi mujer,
y no quiere saber nada de mí.
Cada vez que camino
por una carretera vacía,
te veo al final,
como un oasis 
para mi alma.
Y cuando estoy cerca,
mis labios se despegan
para decirte todo lo que han callado
millones de amantes 
a lo largo de los siglos,
y tú,
desapareces.
Y te busco como loco,
en el alcohol,
en las drogas,
en maniquíes de escaparate.
Nadie sabe dónde estás,
y dada mi mala suerte,
solo te veo o cuando no estoy mirando
o cuando me llevan esposado 
en un coche patrulla.
Y grito dentro del coche,
mientras tu caminas por la calle,
pisando sin miedo.
Pero yo si tengo miedo,
miedo de que el amor y yo
nunca volvamos a hablarnos.

viernes, 28 de agosto de 2015

La falta de justicia

A veces al destino
hay que pagarle con la misma moneda.
La última bala del revólver.
¿De verdad crees
que dejaremos de ser desconocidos que conocen sus nombres?
¿De verdad crees 
que esta guerra no acabará con nuestro amor?
Lo siento por hacer trampas
en un juego que no tiene reglas.
¡Qué sabrán las flores de nosotros!
No hace el tiempo justicia
de los amantes escondidos.

lunes, 10 de agosto de 2015

Soy uno más


Nací en un hospital, 
junto con otros cientos de niños.
Tengo un número de identidad.
Soy un ciudadano.
Mis sentimientos no transcienden,
mis pensamientos tampoco.
Hago colas,
largas filas de humanos 
que piensan en hacer la compra 
y en poner persianas
en las ventanas de sus casas.
Y mientras venía en el metro,
he visto 
a la mujer más guapa 
de todo el planeta,
de toda mi vida.
Y al llegar a casa,
tras darme una ducha fría,
he llorado sobre la almohada
al saber que tampoco ella va a salvarse,
que su belleza se va a perder.
Quizás la vi en su momento 
más perfecto,
ni antes ni después.
No queda nada,
solo el dolor
y un par de poemas
que lo reflejan. 

miércoles, 24 de junio de 2015

Sin título

Tú, que has visto el sol,
y yo, que he amado a la luna,
podemos pintar el cosmos
con nuestros cuerpos.
Vencer al tiempo,
dejando mi vida a salvo
en tus suaves labios.
Sin ti me pierdo en esta bruma,
sin ti la poesía no es más que palabras vacías.
Pero hacen eco en mi destino.
El mundo es frío,
y el ser humano es frío en consecuencia.
Pero nosotros no,
somos la llama de la vergüenza.
Somos pasión
destructora.
No hay hecho que pruebe nada de esto,
pero la vida está hecha de recuerdos.
Tu cintura marca el camino.
Empiezo a andar.

lunes, 15 de junio de 2015

Errores

Ruidos en la noche. 
Botellas caen en el suelo,
pero no se rompen.
Una alarma avisa de un robo.
Semáforos en verde,
rojo
y amarillo.
Señales de tráfico que se iluminan 
por los conductores borrachos 
que vuelven a casa.
Ratas comen de los cubos de basura
y perros ladran a la oscuridad.
Vagabundos duermen en cajeros
y en las puertas del Corte Inglés.
La ciudad es tan fría,
tan moribunda,
nada se debería de salvar.
Pero luego, 
hay tantas mujeres
caminando,
riendo,
vistiendo vestidos nuevos.
Salen maquilladas,
con una gran sonrisa.
La luna no ilumina hoy,
ha preferido apagarse.
Todo por ellas.
Perfectas
y llenas de errores,
errores perfectos.



lunes, 13 de abril de 2015

Unas vacaciones a ninguna parte

Unas vacaciones a ninguna parte,
hace tiempo que no creo en paraísos.
¿Seré lo suficiente para ti?
Quizás los humanos somos olas
en los mares del tiempo,
muriendo en la orilla de la tierra prometida.
¿Seré lo suficiente para ti?
Es mi amor la llave
que se ha roto en la cerradura,
con la esperanza de poder volver a abrir algo.
¿Seré lo suficiente para ti?
Una noche que se hizo de día
mirando a las estrellas y el infinito
mientras me hacia la pregunta
¿seré lo suficientemente bueno para ti?
Y entonces, estando sobre un colchón de hotel,
mirando una grieta del techo
mientras duermes a mi lado,
no digo nada, solo sigo mirando.

domingo, 22 de marzo de 2015

Entre sábanas

Estoy nadando entre las sábanas 
como un bebé que toca el agua,
como un pincel,
cargado con óleo,
que decidido plasma una idea sobre el lienzo.
No sé qué aguardan las profundidades
ni si la náusea de Sartre me espera en cada espejo.
Escucho al viento colarse por las rendijas de la ventana,
veo pasar los tranvías.
Las farolas de afuera dibujan sombras con nuestros cuerpos.
En la selva todo es verde menos el tigre.
La luz de los coches entra por el bajo de la puerta.
¡Cómo una letra puede cambiar una intención!
A veces no basta solo con querer.
¿Dónde está el límite de la cordura? ¿Está loco aquel que no aspira a nada?
Yo solo quiero estar aquí, ahora,
en esta cama.
"Algún día me echarás de menos" me dice.
"Lo sé, ya lo sé". 

domingo, 8 de marzo de 2015

En el bosque

Oigo las pisadas de un caballo
golpeando las piedras,
aplastando ramas,
a lo lejos en el camino.
Los árboles no dejan ver el sol.
Los pájaros huyen asustados.
Una sombra viene
desde el fondo del bosque.
Se escuchan gritos de dolor
de gente perdida.
Las flores miran hacia otro lado,
el sol se oculta,
Los leñadores, que golpean con fuerza
los viejos troncos, 
paran de talar.
Y entonces llega,
cabalgando sobre un pura sangre
de color negro,
una mujer de piel blanca,
y cabellos rubios.
El caballo resopla agresivo,
mientras ella mira 
con sus ojos azules,
y no sé que ven los leñadores
en el reflejo de esos zafiros
pero sueltan las hachas
y corren, despavoridos,
sus respiraciones cansadas
chocan contra el silencio,
pero no se escapan,
nadie consigue escapar de ella.
Entonces, cuando no queda nadie,
se baja del animal,
y sus pies descalzos
se mezclan con las hojas secas
y la savia de los árboles.
Y con su mano
acariciando el hocico de su montura,
se va acercando poco a poco hacia mí.
Delante, suelta al caballo,
y juega con mi pelo.
Me besa y luego eleva la cabeza mirando a la Luna
y entonces veo como el reflejo en sus ojos
hace parecer que es de día.