Los hijos
de matrimonios rotos
de matrimonios rotos
vagan por las calles
cuando cae la noche.
Las largas conversaciones de teléfono
son los únicos sonidos
que se escuchan
a través de las paredes
de sus casas.
No hay comunicación.
Y ellos caminan,
beben,
tiran piedras,
no quieren volver pronto esta noche,
no quieren volver nunca.
Luego, comienzan a tener parejas.
Y con la muerte del individuo
una mala gestión matrimonial,
la inapetencia sexual
y la pérdida del atractivo,
se preguntan
"¿Nos estaremos volviendo
viejos?"
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