Son muchas veces ya
de conducir con un par
de ruedas pinchadas,
como de venenosos besos
y quitarle la cara a la
muerte.
La vida es así,
somos los que seremos
pero nunca lo que fuimos.
Antes de las citas
siempre coloco una bala
en mi revólver,
por si el sol sale de noche
y tengo que robar el amor.
Dios no predica para él mismo,
Antes de las citas
siempre coloco una bala
en mi revólver,
por si el sol sale de noche
y tengo que robar el amor.
Dios no predica para él mismo,
las llamadas de teléfono de madrugada
sólo significan dos cosas,
o que alguien ha muerto
o que alguna mujer
quiere ser infiel.
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