de los cuerpos desnudos
en camas desnudas.
Me levanto a la cocina,
a buscar algo de beber,
y pienso
en cómo se ha ido todo a la mierda.
Luces golpean en la ventana.
¿Qué puede hacer un hombre
cuando el amor
se ha muerto?
No hay divorcios con la muerte.
Desaparece la esperanza
y aparecen
las discotecas
los manicomios
y las sobredosis.
Conozco la desesperación
y el desamor
como si fueran parte de mi mismo.
La filosofía no nos hace felices,
tampoco la muerte ni el amor
y mucho menos la vida.
Algunas mujeres sí.
Y las quiero a todas,
y cuando las tengo,
no las quiero.
La debacle sin fin.
El plan establecido.
Empleo,
hijos que lloren de madrugada
y un matrimonio que duerme en camas separadas.
Hay poco amor
al igual que hay
pocos suicidios.
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