Rechazo
tras rechazo.
Los cuerpos perfectos
terminan siendo esqueletos.
Camino sin rumbo,
quiero sin rumbo,
amo sin rumbo.
Le digo adiós a las armas
y a la guerra por tu retrato desnudo.
Yo solo quiero que alguien me quiera,
y aparecen en mi puerta,
miles de mujeres,
y entonces, escapo por la ventana de atrás.
Corro por los bosques,
huyendo de sus antorchas
y de su mundo de "deberías invitarla a
salir".
Y en el pasado y futuro,
nosotros somos nosotros,
aunque nuestros cuerpos no sean nuestros cuerpos
y aunque el amor y el desamor fracasen,
vuelves a mí,
con tu rechazo.
Rechazo
tras rechazo.
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